Un poco perdída (Libre para profesoras)-PARTE II-

La joven maestra miró a Alice y, haciendole un gesto como para que pasara, entraron a la habitación.
Era bastante amplia, con paredes color verde pastel. Tenía una cama doble y un sillon de terciopelo azul. Tambien había un escritorio y algunos cuadros con pinturas muy bonitas.
Permiso, puedo dejar mis maletas aquí? preguntó la pobre Alice ya muy adormecida. Apoyó sus maletas en el suelo y se quedo paradita rascando sus ojitos mientras miraba la cama Yo duermo en el sofá profesora, no se moleste dijo la pequeña apenada por incomodar a su maestra.

Le sonrió, luego negó con la cabeza a la par de que comenzaba a abrir el closet, apenas un par de prendas quedaban ahí desde su mudanza, por lo que le sonrió mientras se quitaba la blusa para quedar con solo el sostenedor y su corta falda.

-Primero saca tu pijama, a mi no me molesta que duermas en la cama, de hecho es lo suficientemente grande para que durmamos ambas -bajó el cierre de su falda con lentitud, para quitársela y mostrar toda su ropa interior que hacía conjunto, sacó del closet un camisón y se lo puso encima, luego se acercó a la niña-, anda, te ves cansada.

La niña vió como su profesora se quitaba la camisa, como se desnudaba. Se sintió avergonzada y tapó sus ojos, pero no podía evitar quere ver, así que dejo entre abierto sus deditos. Vió como se quitaba la falda y se sonrojó.
Al escuchar a su maestra decir que ambas podian dormir en la cama quito su manito de su rostro y se acerco a Elle Elle, digo, profesora... ¿le molestaría ayudarme a quitarme mi camisita?, es que no llego a quitarla del todo y... mi mami siempre me desvestía y arropaba para ir a dormir*con carita super tierna* y si puede quiteme la pollerita por favor.
La pequeñita estaba sonrojada, pero contenta de que Elle se acercara a ella, se sentía un poco extraña, pero protejida.

Asintió, se aceró a ella inclinándose para, primero, desamarrar el moño que llevaba el cuello y luego continuar con la camisetita, hasta terminar de quitarle las prendas superiores a la nena, sonriéndole con ternura.

-¿Quieres que te ayude a vestirte? "Aunque soy mejor quitando toda la ropa" -pensó lo último con descaro, devía admitir que su sentimiento pedófilo actuaba perfectamente en situaciones como estas, pero no podía abusar apenas llegando al lugar, luego...bueno, quizá.

Alice dejo que la maestra la ayudara y mientras soltaba su moño, comenzó a sentir en su pecho algo calentito. Su corazoncito se aceleró y sus mejillas tomaron un color rosadito.
Mirando a Elle, la niña asintió y, así desnudita, con tan sólo su bombachita de conejitos y un simil sosten, a juego(ya que no tenía pechitos desarrollados aún)fue a buscar dentro de una de sus maletas el pijama que le había regalado su papá, ese pijama rosa de seda que tanto le gustaba.
Gracias le dijo Alice a Elle alcansandole su ropa es usted muy buena profesora*sonriendo*
"como me gustaria dormir abrazadita con mi Maestra"Pensó la niña mientras la profesora la vestía. La pequeña volteo para ver a Elle a la cara y le dijo me gustan sus manos, son muy suaves, casi tanto como la seda y volvió a mirar hacia adelante un tanto colorada por su comentario y la verguenza que este generó en ella.

-Las mujeres debemos cuidarnos -comentó mientras comenzaba a vestirla, sin siquiera mirarle el rostro-, así que ya lo sabes, si te quedas mucho tiempo en el instituto yo misma te enseñaré a cuidarte -le dijo con una sonrisita-, lo primero es lavarse la cara por la noche y no humectarse sino hasta la mañana, así los poros respiran -le pellizcó levemente la mejilla, con dulzura y sin lastimarla-, así que anda al baño y lávate el rostro.

Alice asintió con la cabecita y fue al baño despacito.
Entro e intentó encender la luz estirando sus piernitas y su bracito lo más que pudo pero no llegaba.
pro...profesora, no llego a la llave de luz *con carita trsite y muuy tierna* [color=violet]me ayuda por favor?, disculpe que la moleste tanto... soy una inutil[/color] *golpeando su cabeza con una manito*

-Claro que no -dijo encendiendo la luz fácilmente, acercándole un banquito de baño para que alcanzara el fregadero-. Tu cuerpo está en desarrollo, eso lo conozco perfectamente, así que no te preocupes, linda.

Alice se subió al banquito y lavó su carita con agua y jabón. Se bajó, secó su rostro y fue hacia la cama Bueno entonces, ¿de qué lado duermo?*ojala me abrase, peenso la niña*
La maestra le indicó que contra el lado de la pared, la pequeña subio y llego a su lugar en cuatro como un gatito. Lamió su manito y se empesó a asicalar suavemente.
La maestra miraba a Alice con ternura pero la niña, que justo la miró notó un dejo de... perversidad. Lo que pasa es que Alice casi se puede desir que ve el alma de las personas y eso a veces le funciona, otras no.
¿Esta bien señorita Elle?*dejando de lamerse* quiere que la abrace*la niña a toda costa quería abrazar a Elle* digo... es que la veo rara.*avergonzada*

Le sonrió, luego se sentó en la cama.

-Pero si la que requiere abrazo eres tú, pequeña -dijo comenzando a arroparla-, apagaré la luz ¿De acuerdo? La del baño sigue encendida, así que no pasa nada -apagó la lámpara y se recostó luego rodeó con un brazo a la neko-, ¿Te molesta?

prrr grrr- La pequeña comenzó a ronronear sin darse cuenta- etto... no, gracias, es verdad, lo necesitaba- y sonriendo da la vuelta para mirar a su maestra- a la noche suelo ronronear cuando duermo-le dijo la niñita a modo de advertencia y con un tono como si fuera algo muy grave-sepa disculparme grrr...
Alice al terminar su oración cerró despacio sus ojitos color miel y abarazando a su maestra, comenzó a ronronear my suave y dulcemente... estaba dormidita ya.
Su maestra no se dormía aún y contemplaba a la pequeña gatita.

Le acarició levemente la mejilla...Su instinto "lolita" le indicaba el ir más allá, pero su autocontrol era mucho más fuerte, por lo que solamente le besó la frente.

-Descansa.

La rodeó con sus brazos, algo preocupada por la repentina accion de la niña, le acarició el cabello con cuidado y le besó la mejilla suave y dulcemente.

-¿Estas bien?

Le respondió con un segundo beso, dándoselo de yeno y con cuidado, solo uniendo sus labios en un corto beso, hasta lograr que la pequeña reaccionase y dejase de hablar. Se separó de sus labios y colocó su dedo índice izquierdo sobre los labios de la niña, le guiñó el ojo y levantó el otro dedo índice retirando el otro de sobre sus labios.

-Es difícil hacer que dejes de herirte -dijo y luego sonrió levemente-, no me importa que me besarás, no me importa haberme asustado o preocupado, eso de hecho es bueno, porque indica que me preocupo por ti en algun aspecto y, si te besé, es porque no sabía como hacerte parar y esos fue lo primero que se me ocurrió. Te diré una cosa, no tienes que revelarme nada de tu vida, yo no te obligaré, pero tampoco te permitiré lastimarte.

la abrazó, sosteniéndola más consigo misma, sonriendo.

-Claro mi amor, serás mi niñita fuerte y cuando no te sientas tan fuerte aquí estaré yo para protegerte ¿De acuerdo? Así que no temas a nada a mi lado -le besó la frente-. Ahora a dormir, hermosa, tienes que descansar para tu primer día de escuela.

Acarició su cabellito con cuidado de no tocar sus sensibles orejitas para no despertarla, solo tenía que inclinarse un poco para poder besar su frentecita de nuevo.
No le molestaba la pocisión, en lo absoluto. El único problema era tener que limitarse tanto con la pequeña, tener que limitarse tanto hasta ese punto...lástima, le prometió protegerla y así sería.

-Que lin da nekito -dijo y le besó la frente con dulzura, si bien no era alguien de dormir temprano, era mas bien de esas que dormian tarde, despertaban temprano y el fin de semana lo usaba para el descanso, ahora había dejado la parranda por estar con la niñita y no se arrepentía.