Cuántos libros... [Rin]
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Cuántos libros... [Rin]
Tan pronto llegué a la Academia busqué la biblioteca; para mí, era el mejor lugar para refugiarme a lo que aún no estaba acostumbrada. Era la primera vez que me pasaría en una Academia, y más aún: una Academia de mujeres.
Tenía muchos nervios de qué me encontraría. No sabía nada de cómo estar en las instituciones: no sabía las reglas, ni cómo comportarme. Para mi un lugar así era toltamente desconocido, algo que tenía que descubrir. Me tropecé con alguns alumnas, me me miraban de una manera extraña; quizá por el hecho de ser nueva ahí. Fuese como fuese, y gracias a la ayuda de algunas chicas, encontré la biblioteca.
Suspiré de alivio al verla. Algo que sí conocía bien era la biblioteca, mi zona preferida, sea en donde sea. Y aunque era la primera vez que ponía un pie ahí, sentía que había pasado en ese lugar toda mi vida. La cantitad de libros siempre me sorprendía, y más en esa Academia: parecía que tenían al menos un tomo de todos los libros existentes.
Entré, buscando con la mirada la zona apropiada. Habían muy pocas personas, de hecho. Pero no quería arriesgarme, así que cogí una novela y me aveciné en el rincón más oscuro y apartado que pude encontrar. Me senté en el suelo, abriendo el libro. Era una novela romántica.
Mis mejillas se sonrojaron al leer y descubrir qué clase de materal contenía. Solo por curiosidad seguí leyendo, y conforme pasaba las páginas el sonrojo iba aumentando y algunas veces disminuyendo.
Tenía muchos nervios de qué me encontraría. No sabía nada de cómo estar en las instituciones: no sabía las reglas, ni cómo comportarme. Para mi un lugar así era toltamente desconocido, algo que tenía que descubrir. Me tropecé con alguns alumnas, me me miraban de una manera extraña; quizá por el hecho de ser nueva ahí. Fuese como fuese, y gracias a la ayuda de algunas chicas, encontré la biblioteca.
Suspiré de alivio al verla. Algo que sí conocía bien era la biblioteca, mi zona preferida, sea en donde sea. Y aunque era la primera vez que ponía un pie ahí, sentía que había pasado en ese lugar toda mi vida. La cantitad de libros siempre me sorprendía, y más en esa Academia: parecía que tenían al menos un tomo de todos los libros existentes.
Entré, buscando con la mirada la zona apropiada. Habían muy pocas personas, de hecho. Pero no quería arriesgarme, así que cogí una novela y me aveciné en el rincón más oscuro y apartado que pude encontrar. Me senté en el suelo, abriendo el libro. Era una novela romántica.
Mis mejillas se sonrojaron al leer y descubrir qué clase de materal contenía. Solo por curiosidad seguí leyendo, y conforme pasaba las páginas el sonrojo iba aumentando y algunas veces disminuyendo.
Ai Suzuki- Secundaria
- Fecha de inscripción : 10/04/2010
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